Grupo integrado por: Bárbaro, Daiana; Hultgren, Noelia; Páez, Martín; Rotela, Juan; Somariva, Lucila; Sotelo Sartoris, Natalia.

La obra creada por Mark Dery es un genial y muy completo análisis sobre qué es y cómo es la cibercultura. Y como las computadoras y los avances tecnológicos están cambiando y revolucionando nuestras vidas intangibles a través de las conexiones electrónicas, que al mismo tiempo modifican como se desarrolla nuestra vida material.

Con un lenguaje muy coloquial y hasta por momentos divertido, Dery nos introduce en este mundo de la cibercultura y para comenzar nos explica el porque del nombre del libro: “La velocidad de escape es la velocidad en la que un cuerpo vence la atracción gravitatoria de otro cuerpo, como por ejemplo una nave espacial cuando abandona la Tierra.

La cultura de los ordenadores, o cibercultura, parece estar cada vez más cerca de ese límite en que logrará alcanzar esa velocidad de escape.” (pág. 11) El autor señala que la cultura de los ordenadores está alcanzando cada vez más esta velocidad gracias al avance de la tecnología y la irrupción de Internet a la cual millones de usuarios en el mundo tienen acceso, traspasando así las fronteras tanto físicas como culturales. Ya se escuchan afirmaciones que dicen que estamos entrando en un mundo postbiológico, donde formas robóticas capaces de pensar serán seres tan complejos como los seres humanos, hasta llegar a controlar el mundo: se habla así de la POSTHUMANIDAD.

El libro plantea la idea de que la cultura digital desplaza el debate sobre la tecnología desde el “allí y entonces” hasta el “aquí y ahora”. Es decir, es algo actual que nos pasa en el mismo momento en que estamos hablando sobre el tema.

Actualmente todo está pasando por el mundo de los ordenadores, desde la música, las relaciones sociales etc. hasta lo más íntimo de cada uno como en el caso del sexo.
McLuhan, quien planteó la idea de “aldea global”, afirma que pronto con la evolución de las tecnologías de comunicación, se formará una “integración psíquica comunal” de todo el mundo, es decir una sola conciencia.

Los ordenadores eliminaron la separación entre palabra y hecho ya que el ordenador tiene un lenguaje que mas que comunicar algo provoca que suceda algo y hace que nuestra interacción se de cada vez mas a través de medios electrónicos. Por ej. las multinacionales dependen y se ejercen cada vez mas en el ciberespacio y hoy tenemos una economía simbólica a través de los ordenadores.

Estamos ante una cultura que busca sus satisfacciones en las tecnologías. Esto supone la aparición de un nuevo orden social y conlleva la disolución de la mayor parte de las cosas asociadas a las creencias tradicionales.

Ahora bien, vamos a hablar sobre estos grupos que son los que ocupan el análisis de Mark Dery, en cada uno de los capítulos se analizan diferentes grupos y algunos de sus máximos referentes. Aquí daremos una breve descripción de estos grupos y algunas de las ideas que representan y defienden.

En el capítulo “Enchufa, enciende y conecta: ciberdelia” aparecen los ciberhippies, tecnopaganos y defensores de la New Age de las “tecnologías de la conciencia”, dándole alma a las computadoras, llevando lo sagrado al ciberespacio.

Al mismo tiempo intentan mostrar la inspiración de sus ideas en las de los años sesenta, al decir que lo que era la contracultura de esa época es la cibercultura de los noventa. Paralelamente surgen los ciberrockers y ciberpunks en el capítulo llamado “Metal Machine Music: el ciberpunk y los sinterrockers de cuero”. Estos pelean por la legitimidad de su reivindicación de los despojos de la rebelión adolescente.

Estética y música ciberpunk

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También se presenta la fusión entre el hombre y la máquina como una nueva configuración del cuerpo en las ciberculturas. En “La guerra de los hojalateros: espectáculo mecánica”, “Mecanismo ritual: el body art cibernético” y “La política ciborg del cuerpo” el autor nos muestra como los artistas cibercorporales crean tecnoespectáculos en los cuales robots enloquecidos, y humanos amenazados por estas máquinas, dramatizan las ansiedades populares sobre la creciente autonomía de las máquinas inteligentes.

Estas corrientes ya consideran al cuerpo humano como algo totalmente obsoleto y la única salida es fusionarse mediante operaciones quirúrgicas (como David Croenberg) con las máquinas para no sucumbir ante estas.

Sterlac: fusión hombre y máquina

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Otro tema que aparece en la cibercultura es el sexo asistido por máquinas: se habla de “sexo digital”, “sexo de alta tecnología”, “cibersexo” etc. Se pueden adquirir en la red, cd´s con sonidos obscenos e imágenes pornográficas, muñecas eléctricas e inflables que responden a estereotipos de belleza, que suponen una nueva manera de tener sexo. En la mayoría de los casos, los elementos sexuales denotan un odio a la sexualidad femenina ya que son objetos culturalmente construidos para satisfacer los deseos masculinos. El cuerpo se está convirtiendo en un campo de batalla con cuestiones ideológicas sobre el aborto, el sida, la eutanasia, la clonación, etc.

Considerar el cuerpo como una máquina es un reduccionismo cartesiano.

El cuerpo es visto como un bien comercial donde hay cada vez mas personas que venden su sangre, óvulos, alquilan sus vientres, etc. Hay una redefinición del cuerpo como una máquina, fuente de repuesto.

El autor plantea que la dicotomía mente/ cuerpo es remplazada por una tricotomía: mente/ cuerpo/ máquina con esta tecnología que ya nos está superando… A pesar de los cambios que puedan producirse, las que quedan son las personas, puede que tengan brazos mecánicos, una computadora como dios, o que un sintetizador sea más valioso que un piano, pero son personas y grupos que se crearon en esta sociedad donde las tecnologías cada vez tienen más protagonismo.

Velocidad de Escape no es un libro sobre tecnología, es sobre las personas que se apropian de ellas.